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El camino hacia el futuro (IV de V): dos directores y un lider


Hemos comentado en los posts anteriores que no se cumplieron los supuestos en los que reposaba la planificación durante esta temporada, al fallar una parte de la progresión prevista y resultar claramente insuficiente la aportación veterana para paliar esa carencia. Así, si los supuestos fallan, ¿es culpa de la realidad o del planificador?

El hombre de las visiones

Danny Ainge ha sido el responsable máximo de las limitaciones en la planificación de la temporada, pero su trabajo debe ser evaluado con algo más de perspectiva. Ainge inició un viaje hacia el rejuvenecimiento del equipo en la temporada 2003-2004, que no dio sus primeros frutos hasta la temporada 2004-2005, y nada más brotar el árbol, apostó fuertemente por aquellos. Sin embargo, el precio de la búsqueda del rejuvenecimiento a menudo ha conllevado equivocaciones graves, como lo recibido a cambio de Antoine Walker en su primer traspaso: la amplitud del contrato de Lafrentz aun golpea duramente sobre el margen salarial del equipo por un jugador que no aporta nada al proceso de renovación y va a seguir golpeando durante varios años, como anteriormente tambien golpeó la renovación de Blount. Ambos defectos son graves en la gestión de Ainge y han creado sendos problemas en el juego interior, que estarían mucho mejor resueltos si hubiera optado únicamente por Mihm en la renovacion del juego interior, aunque ello implicase que Boston tuviera dos rondas menos actualmente: la de Allen en 2004 y la de los Cavs el año proximo, que sin embargo tambien huberan podido llegar en un postrero traspaso de Walker. Las perspectivas que guiaban estos traspasos, y tambien otros, se sometían a la fórmula de "desarrollar y competir": armar un equipo de veteranos titulares que asegurase profundidad en la postemporada mientras los jóvenes crecían bajo su ala, pero el resultado de la 1a ronda frente a Indiana en 2005 acabo con esa expectativa, y tras ello se abrió la temporada presente.

Ya que no podemos competir, seguimos con el desarrollo, y Boston cuenta en este momento con uno de los equipos más jóvenes de la NBA. Se trata de jóvenes elegidos en la mitad inferior de la 1a ronda de los drafts 2003, 2004 y 2005 (5) , en la segunda ronda de 2005 (2) y no drafteados (1). Y la pregunta es obvia: ¿es posible construir sobre estos potenciales un equipo campeón, al que únicamente complementan Paul Pierce y Wally Szczerbiak, que ya alcanzan la treintena? Visto como tal, no, pero analizando el potencial obtenido uno por uno, ya se generan más dudas. Ahora bien, lo que está claro es que potencial no es lo mismo que nivel de juego, y con estas bases, el nivel de juego esperado para la presente temporada es muy bajo. Antes de empezar, absolutamente todos esos jóvenes tenían que demostrar que eran dignos de esta liga, y ciertamente la mayoría lo han demostrado, pero nada más. La planificación de Ainge ha servido para que obtuvieran tiempo de juego, pero ¿y el equipo? ¿Por que optar por jugadores tan sospechosos o poco cualificados como Dickau o Scalabrine para completar el mix? Aquí es donde salta la duda sobre Ainge y no es la primera vez que salta.

Así pues, aunque su planificación estratégica no está mal fundamentada, porque el resultado que poco a poco va obteniendo parece algo más eficaz que otras prácticas de reconstrucción muy discutibles, no parece tener nada claro cuáles son las necesidades de este equipo para salir a pista con confianza y poder competitivo año tras año. En estos tres años se ha aproximado a ellas desde perspectivas diferentes pero nunca exitosas: ¿sabe Ainge cuales son esas debilidades? ¿Faltan jugadores? ¿Falla el entrenador? Lo que está claro es que con los pasos seguidos, Boston no se sitúa como uno de los equipos dominantes de la segunda mitad de la década y puede que haya que esperar a un tiempo para que surja oportunidad de ello, justamente por esa falta de claridad en los supuestos que sostienen la planificación de cada temporada, y que este año se han revelado como muy endebles.

El hombre del banquillo

¡Rivers! "¿Qué ha hecho Boston para merecer a este entrenador?", podríamos decir, y en general con razón. Rivers es una expresión más de la debilidad de algunos criterios con los que Ainge planifica las temporadas, como no quedó duda alguna durante la primera ronda de playoff frente a Indiana de 2005 que este entrenador presenta muchas limitaciones. Ciertamente algunas virtudes tiene, pues ha sabido de un año a otro dar un giro en el grado de confianza y de integración de los jugadores en el proyecto, así como restaurar las relaciones con el capitán Pierce. También ha mostrado, a medida que ha pasado los meses, algo más de rigor en las valoraciones de su equipo, aunque sin perder ese tono condescendiente cuando se producen las derrotas. Ninguna de estas cuestiones debe menospreciarse en su valoración, pero resultan claramente insuficientes para los objetivos marcados por este equipo.

Ahora bien, Rivers seguirá la próxima temporada, como ya ha sido confirmado, previsiblemente con algo más de experiencia y conocimiento sobre la labor de un entrenador. Y las consecuencias de su continuidad, al menos en la próxima temporada, no tienen porque ser demasiado graves. Sus defectos se traducen fundamentalmente y casi exclusivamente en un número menor de victorias, incluso diría que significativamente menor, pero en general, no hacen más daño. Su capacidad motivadora y para crear un buen ambiente entre los jugadores evita males mayores, salvo quizás una excesiva limitación formadora que tal vez esté haciendo mella en algunos jugadores, como Al Jefferson. Si así fuera, eso sería grave, pero tampoco podría considerarse imputable a Rivers, sino al propio Ainge, por no dotarse de un equipo asistente adecuado. Equipo, por cierto, del que son previsibles cambios de caras para la próxima temporada.

El hombre-lider

No cabe duda que a lo largo de la presente década, en que de los seis años transcurridos, cuatro se han alcanzado los playoffs, de los cuales dos veces Boston ha sido eliminado en primera ronda, una en segunda y otra en la final de conferencia, Paul Pierce ha sido el hombre clave. Esos años han sido los años álgidos de su carrera, y si bien es posible que en los años inmediatamente venideros veamos a un jugador de registros parecidos, también es verdad que queda menos de Paul Pierce por delante de lo que ha quedado atrás. Tal vez sea uno de los jugadores que hipotéticamente levanten un título más allá de 2008, pero el ciclo de Paul Pierce como capitán y líder del equipo no sólo va a saldarse sin un título, sino también sin la capacidad del equipo para asentarse en los playoffs de la Conferencia Este con posibilidades permanentes de avanzar en él, como si han hecho Detroit y New Jersey, y en menor medida Indiana.

Aun así, y más aun tras esta temporada, pocos dudan en que Pierce ha de seguir siendo el emblema del equipo. El problema, sin embargo, es que lo que no ha sido en condiciones favorables, tampoco lo será en otras menos favorables. Eso es algo que a estas alturas tanto Ainge como Pierce deben saber ya, aunque no es una sensación compartida por la afición. A menudo los opinadores profesionales han lanzado el siguiente aviso: Pierce está en su apogeo, que Boston lo envuelva ahora con algún jugador determinante, tipo Garnett u otro que eventualmente pueda salir al mercado, y salga a competir, antes de que pase totalmente su momento. Eso es lo que Miami hizo cuando reclutó a Shaquille O'Neal primero, y a Williams, Posey, Walker y Payton después, aunque en condiciones más favorables por la presencia de Wade. Aun así, a pesar de eso, Miami, como antes los Nets, no va a lograr traspasar la barrera que separa la conferencia del titulo cayendo antes que ellos, por lo tanto difícilmente esa podría ser la fórmula de Boston ahora. Del mismo modo, tampoco la posibilidad de traspasar a Paul Pierce ha generado escenarios demasiado relevantes, o bien porque no se obtendrían jugadores deseables en esta etapa, o bien porque las rondas de Draft recibidas a cambio tendrían elevadas condiciones de incertidumbre.

Es en esta lógica que Pierce sigue y Pierce es el líder, pero Pierce no es el hombre que Boston necesita para fundamentar un equipo permanente poderoso a medio plazo, como tampoco lo es por ejemplo Iverson. Hay jugadores que han sido básicos en esa formulación como Kidd para los Nets, Duncan para los Spurs o Nash para los Suns. Se trata de jugadores MVP, que aunque solos no pueden hacer milagros, cuando se les suman otros jugadores generan equipos muy competitivos. Paul Pierce no es ese tipo de jugador ni lo ha sido nunca, como no lo son muchos otros All Stars, titulares y suplentes, porque si lo hubiera sido, ni en 2002 Boston hubiera caido 4-2 frente a los Nets, ni en 2003 nuevamente frente a los Nets, ni en 2005 nuevamente frente a Indiana, en esa lamentable eliminatoria. Pierce puede estar progresando y creciendo como jugador, pero no en esos niveles cualitativos, por lo que a Boston le sigue faltando ese jugador, como por otro lado le falta a casi todos los equipos. Porque Pierce, aun siendo muy bueno, no es un jugador que haga jugar significativamente mejor a un equipo, ni que esté siempre que es necesario resolviendo un partido complicado. Frente a esta carencia, la única alternativa posible es una solución "a lo Pistons", con no uno, sino cuatro pilares muy cualificados en sus posiciones, que es, por otro lado, lo que persigue en buena medida Ainge.

Así pues, el ciclo de Pierce marca la medida del propio Pierce, lo que es y no es, y explica también el porqué de que en una temporada donde pulveriza sus propios registros, el equipo no alcanza los playoffs, más allá de todas las explicaciones que ya se han dado. Ello también justifica que el equipo no prescinda de Pierce en los próximos años, pues seguirá siendo una garantía en la posición que ocupe. Y no se trata de una paradoja, ni mucho menos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Para cuando la quinta entrega de la saga?
Branhunter ha dicho que…
Para Xkasy:

Probablemente Ainge es un hombre dubitativo, pero ante todo tengamos en cuenta que el equipo que ha formado es realmente dudoso. No creo tampoco que su eleccion se Sergio Rodriguez, pero a saber. Podemos ampliar consideracion en un post sobre el Draft.

Para santanderino errante:

De hecho ya estaba hecha hace tiempo, sólo dudaba en ampliarla o no. ¡Y al final, no! Ai la tienes.

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