Hace algo menos de un par de meses, repasaba todas las dimensiones clave del presente de este equipo, cabe por fin valorar como labra su propio futuro. Ciertamente Boston no avanza por el buen camino, si no que transita por un camino "normalillo", con una idea más o menos clara de a donde quiere ir a parar, pero muy imprecisa en cuanto a la forma de lograrlo. Los Celtics podrían haber seguido una transición tranquila del equipo de 2003 al de 2006 si no hubieran cometido algunos errores de bulto y aprovechado mejor las virtudes tanto de su GM, como de sus jugadores, pero los errores de la temporada 2003-2004, culminados con la elección del entrenador equivocado, han generado un contínuo de decisiones que han dejado un panorama donde todo lo que cabe es encomendarse al futuro. Y el precio de encomendarse al futuro ha sido alcanzar 33 victorias en 2006, que a lo sumo podrían haber sido diez más, con una mejor planificación de la temporada, y que por lo tanto hubieran supuesto más de lo mismo: primera ronda de playoffs y para casa.
Así pues, en la temporada 2007 seguiremos encomendándonos al futuro, mediante una planificación parecida, de cuyos matices saldrán nuevamente esas diez victorias arriba o abajo a final de temporada, o quizás alguna menos. Matices que no admiten mucha variabilidad, sino se ponen en el mercado algunos jóvenes, lo cual iría en dirección contraria a lo que parece quererse construir a medio plazo. Por el contrario, disponer de la mid-level, como parece que se va a disponer, no es garantía suficiente para un incorporación que aporte cambios cualitativos: no hay que confundir los complementos, con cambios en profundidad: aunque Boston completase sus posiciones precarias con jugadores tipo Brevin Knight, esto es, capaces en su posición pero sin gran impacto, no resolvería sus dependencias básicas del desarrollo joven. Hay que tener en cuenta además que toda transacción que sacrifique un joven relevante ha de hacerse por alguien con menos de 26 años, para asegurar que el jugador se encuentre en plenitud cuando llegue el momento correspondiente al grupo de jóvenes actuales, lo que reduce sustancialmente el margen de actuación. También son muy desaconsejables los traspasos de evacuación, más en un momento como este. Ningún sacrificio vale la pena para traspasar el macrocontrato de Lafrentz en el momento actual, pues disminuiría las posibilidades a medio plazo: si observamos de cerca el traspaso de Blount, veremos que recibimos menos de lo que dimos, aunque hagamos de la necesidad virtud considerando a Wally un complemento más adecuado de Pierce, por lo que es mejor no ampliar esa tendencia. Y finalmente, aunque valdría la pena traspasar a varios jóvenes por un joven ya formado y de alto nivel, ese es el movimiento más difícil de lograr. Las limitaciones son pues numerosas, de lo que se extrae que las posibilidades son también limitadas.
Si no es, pues, por la vía de los traspasos, Boston habrá de recurrir a la continuidad. En ese sentido, iniciar la temporada con los mismo jugadores un año más veteranos puede suponer mejora o más de lo mismo, sin que en este momento resulte fácil valorar que opción resulta más probable. Ciertamente la lesión de Perkins una vez concluída la temporada no contribuye a generar buenos augurios. Otra incógnita es cual será la contribución de la séptima elección del Draft 2006 a la estructura del equipo: ¿Serà una aportación joven? ¿Se priorizará la calidad o la mejora de ciertas posiciones? ¿Se aprovechará para obtener un jugador veterano? Nada se sabe en este momento. Habremos de esperar un poco para ello, pero el final de la temporada cada día está más cerca y pronto será el momento de dar pasos hacia la próxima season.
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