Antoine Walker, caso abierto. A día de hoy todo puede pasar con este polémico jugador. Resulta verdaderamente complicado adivinar que camiseta vestirá la temporada que viene. Desde una perspectiva "conservadora", y quizás también bien razonada, Walker seguirá en Boston el año próximo, consiguiendo un equilibrio entre sus propias expectativas y lo que esté dispuesto a ofrecerle Boston. Desde otra perspectiva "más arriesgada", Walker es un candidato propicio para entrar en una operación de traspaso, por la vía de un sign&trade. Los escépticos sugieren que o bien no se podrá conseguir un intercambio favorable para Boston o bien su futuro contrato será demasiado importante para sus actuales prestaciones. Sin embargo, son muchos los equipos que acumulan contratos onerosos, de los que sacan mucho menos partido del que sacarían por Antoine (acuérdense del caso New York...).
Decantarse por una u otra posibilidad a la hora de hacer previsiones depende también de la valoración del rendimiento de Walker esta temporada y de las que se hagan sobre el papel que puede jugar en el futuro. Si Walker era en el mes de febrero el gran revulsivo del equipo y un impulsor decisivo de un salto de calidad, la desaceleración del último tramo de la temporada y los traumáticos playoffs le han situado también en el ojo del huracán. Si su papel fue esencial en el último tramo de uno de los partidos de la post-temporada, mostró una vez más sus limitaciones para medirse a jugadores importantes (O'Neal) y se ganó una suspensión durante un partido. A pesar de haberse comportado a menudo como un líder en la pista, sus inconsistencia y personalismos le impiden ejercer un verdadero liderazgo. También aportó poder reboteador al equipo, pero su capacidad resolutiva bajo el aro hace tiempo que se encuentra en retroceso.
En ese contexto, ¿cuál es su futuro? Una primera pregunta surge: ¿mantener a Antoine Walker no supone frenar el desarrollo de Al Jefferson, en la medida que comparten la misma posición? Ciertamente, han habido momentos en que ambos han compartido la pista, con la presencia de Al como center eventual, pero no es esa la posición donde debe desarrollarse el jugador. Es por ello que parece obvio que la continuidad de Walker estará condicionada a un recorte progresivo en el número de minutos que juegue y eso es algo que en su renovación va a considerarse. En cuanto al valor de su sueldo, la rumorología indica que Boston situará su oferta en aproximadamente 7 millones de dolares, justo la mitad de lo que cobra actualmente. Tan severo recorte en una plantilla en la que Mark Blount cobra prácticamente lo mismo y en la que Raef Lafrentz obtiene casi 10 millones anuales, parece difícil de asumir para Walker, quien sin embargo lo tendrá difícil para obtener un contrato más favorable en otro equipo. En cualquier caso, si Boston no está dispuesto a pagarle por encima de esa cifra, la vía más sensata sería conseguir un sign and trade por jugadores que se encuentren en el rango salarial deseado por el equipo.
De la voluntad, habilidad y decisión de Danny Ainge dependerá en buena medida el futuro de Antoine en el equipo. Las posibilidades son variadas, aunque difíciles de aplicar ante la amenaza de lock-out que se cierne sobre la NBA a partir del próximo 1 de julio. Veremos que sucede finalmente.
Decantarse por una u otra posibilidad a la hora de hacer previsiones depende también de la valoración del rendimiento de Walker esta temporada y de las que se hagan sobre el papel que puede jugar en el futuro. Si Walker era en el mes de febrero el gran revulsivo del equipo y un impulsor decisivo de un salto de calidad, la desaceleración del último tramo de la temporada y los traumáticos playoffs le han situado también en el ojo del huracán. Si su papel fue esencial en el último tramo de uno de los partidos de la post-temporada, mostró una vez más sus limitaciones para medirse a jugadores importantes (O'Neal) y se ganó una suspensión durante un partido. A pesar de haberse comportado a menudo como un líder en la pista, sus inconsistencia y personalismos le impiden ejercer un verdadero liderazgo. También aportó poder reboteador al equipo, pero su capacidad resolutiva bajo el aro hace tiempo que se encuentra en retroceso.
En ese contexto, ¿cuál es su futuro? Una primera pregunta surge: ¿mantener a Antoine Walker no supone frenar el desarrollo de Al Jefferson, en la medida que comparten la misma posición? Ciertamente, han habido momentos en que ambos han compartido la pista, con la presencia de Al como center eventual, pero no es esa la posición donde debe desarrollarse el jugador. Es por ello que parece obvio que la continuidad de Walker estará condicionada a un recorte progresivo en el número de minutos que juegue y eso es algo que en su renovación va a considerarse. En cuanto al valor de su sueldo, la rumorología indica que Boston situará su oferta en aproximadamente 7 millones de dolares, justo la mitad de lo que cobra actualmente. Tan severo recorte en una plantilla en la que Mark Blount cobra prácticamente lo mismo y en la que Raef Lafrentz obtiene casi 10 millones anuales, parece difícil de asumir para Walker, quien sin embargo lo tendrá difícil para obtener un contrato más favorable en otro equipo. En cualquier caso, si Boston no está dispuesto a pagarle por encima de esa cifra, la vía más sensata sería conseguir un sign and trade por jugadores que se encuentren en el rango salarial deseado por el equipo.
De la voluntad, habilidad y decisión de Danny Ainge dependerá en buena medida el futuro de Antoine en el equipo. Las posibilidades son variadas, aunque difíciles de aplicar ante la amenaza de lock-out que se cierne sobre la NBA a partir del próximo 1 de julio. Veremos que sucede finalmente.
Comentarios