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Tras el draft: se sigue abriendo futuro

Algunos días han pasado ya desde el Draft, sin que haya manifestado mi opinión sobre el mismo. ¿Por que este silencio? Sencillo. El Draft genera demasiada especulación, lo que resta interés por mi parte. Como castillos de arena, se alzan mitos que se derrumban en los primeros compases de la temporada. Es la temporada siguiente al Draft y las posteriores las que validan las elecciones, por lo que toca llevarse algo menos por las expectativas de lo que generalmente nos llevamos.

Boston se encuentra además en una situación difícil en relación con el draft. Ha gozado en los ultimos tres años de elecciones medias y de segunda ronda, que le han obligado a apostar por jugadores menos valorados o por proyectos de jugadores. Es por eso que las dudas y los sueños aun son mayores en el caso de Boston: no podemos esperar a jugadores 15 o 18 que se comporten como jugadores franquicia, pero anhelamos que se acaben convirtiendo en eso. Y de jugadores elegidos en las ultimas plazas de primera ronda o segunda ronda, esperamos obtener jugadores consistentes, titulares, con capacidad para aportar al equipo. Fijaos, sino, como el proyecto de futuro de Boston los constituyen jugadores elegidos en el número 13 (Banks), 24 (Allen), 18 (Green), 15 (Jefferson) y 26 (Perkins), más West (24) [corregidme en los números que haya confundido]. Boston ya ha interiorizado esa lógica y cree posible un milagro: generar estrellas mediante elecciones ajenas a la loteria del Draft. Ciertamente, de conseguirse, Ainge se convertiria en el segundo genio de Boston, tras Red Auerbach. Lo malo es que existen serias dudas de que ello sea posible.

Vayamos a las elecciones. El "mitico" Gerald Green, otro proyecto de la High School, aterriza en Boston tras perder varios puestos respecto a la prevision de salida. Euforia entre la aficion a causa de la eleccion y nuevo proyecto de jugador estelar. En segunda ronda nos llegan Ryan Gomes, un 4 condenado a adaptarse a jugar de 3 por falta de estatura, pero con indicios de calidad, y Orien Greene, quizas el quinto base en calidad de este Draft, por lo tanto un base de poca monta que mucho se habrá de esmerar para consolidarse en la liga. Puntuación personal de las elecciones: B. ¿Por que? Porque sin duda son buenas elecciones, pero no necesariamente han de servir para el futuro bostoniano. Hoy Boston, a causa de la juventud e inmadurez de sus jugadores, ha de ser una potente escuela de baloncesto, para hacer de Al y Gerald la nueva pareja bostoniana, pero ¿Se lograra serlo? ¿Lograran Al y Gerald rendir al nivel clasico de Antoine y Paul? De igualarlos, tendriamos dos capitanes pero no un equipo contendiente. ¿Y West, Allen o Gomes sabrán pulir sus defectos y convertirse en piezas claves en este equipo? Ello, de cumplirse lo anterior, sí podría resultar determinante pero no resulta tarea fácil.

Pienso pues que el futuro es bastante incierto en Boston. Podemos soñar, pero los sueños, sueños son. No tenemos el título al alcance de la mano. Diecisiete equipos dejaron pasar a Green y creyeron encontrar un jugador mejor; catorce hicieron lo propio con Al. ¿Saben como habría puesto yo una A al Draft de Boston? Trasladando a Paul Pierce a uno de los cuatro primero equipos del draft, a cambio de la eleccion de primera ronda y de conservar el numero 18. De ser ese equipo Portland, hoy tendriamos a Chris Paul, un verdadero top four, además de a Green y Jef, y entrariamos de lleno en la pugna de los agentes libres. En ese caso sí que sería optimista, estaríamos ante una nueva era. Ahora mismo todo me parece una incógnita y me muestro escéptico. Será la experiencia de los años pasados.

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