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Un traspaso de valor incalculable: Boston Celtics y Brooklyn

Tras el fuerte oleaje generado por las negociaciones entre Clippers y Celtics durante la semana anterior, era de esperar que algún fenómeno metereológico devastador alcanzase las costas bostonianas en un breve espacio de tiempo. La noche del Draft parecía el momento propicio para ello y así ha sido.  A falta de confirmarse los detalles finales, Boston habría alcanzado un acuerdo con los Nets en el que se moverían los siguientes elementos:

Por parte de Boston: Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry

Por parte de Brooklyn: Gerald Wallace, Kris Humphries, Reggie Evans, Keith Bogans, Kris Joseph, Tornike Shengelia y las tres primeras rondas de los Nets de los años 2014, 2016 y 2018, así como el derecho de Boston de intercambiar picks con los Nets en el año 2017.

La noche del Draft se completa con la elección de Kelly Olynik y Colton Iverson y con la adquisición de Lamont Jones.

Nos encontramos, pues, ante un traspaso que sacude por completo a ambas franquicias, aunque en direcciones muy diferentes.

BROOKLYN (brevemente)

Con la llegada de los tres jugadores bostonianos, se pone sobre la mesa un quinteto de altas prestaciones, compuesto por cuatro jugadores de nivel AllStar: Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce y Kevin GarnettEl quinto en discordia es Brook Lopez, de cuya salud dependerá el recorrido que pueda tener este equipo en la liga. Sin duda Pierce y Garnett consiguen incorporarse a un entorno con opciones importantes de competitividad y de realizar un largo viaje por los playoffs, pero dada los riesgos implícitos en Lopez, la veteranía de los excelticos, las dudas que pueden existir en cuanto a su integración con Johnson y Williams y el poderío de los Heat, su capacidad de lograr alcanzar las finales de la NBA es cuando menos dudosa. También la gestión que puede hacer de este equipo Jason Kidd desde el banquillo es una auténtica incógnita.

Sea como sea, los Nets necesitaban una apuesta de este tipo para mejorar sus expectativas. La cuestión es si de este modo las han mejorado suficientemente y si el precio que han pagado no habrá sido muy alto. En mi opinión, altísimo.

BOSTON

Puede que para Boston sea el traspaso más multidimensional que se ha producido en la franquicia en muchísimos años. Implica tantos aspectos que es imposible abordarlo sin tenerlos en cuenta uno por uno.

Jugadores recibidos

Boston ha perdido en la noche del Draft tres jugadores, pero sale de ella con nueve jugadores incorporables a su plantilla, que se suman a los 11 jugadores restantes que ya tenía bajo control, bien como team option, bien como contrato garantizado. Entre los mismos no existe ningún jugador que se acerque en calidad a los jugadores traspasados. El principal activo recibido es Gerald Wallace, quien a sus 31 años ya ha mostrado todas sus limitaciones y tiene un encaje francamente difícil en un equipo donde Bradley, Green y Sullinger/Bass ocuparían de manera natural las posiciones en que podría instalarse. El segundo en importancia es Kris Humphries, un ala pívot de baja estatura, que un día destacó por su gran poder reboteador pero que viene de ofrecer una temporada muy decepcionante. Junto a él llega otro veterano ala pívot conocido por su poder reboteador (Reggie Evans) y un conjunto de jugadores con poco que aportar, entre los que se encuentra la elección de segunda ronda bostoniana del año pasado, Kris Joseph, sin que esté claro cuántos de ellos seguirán en el equipo.

En cuanto al Draft, Boston obtiene dos jugadores altos. El primero, Olynik, un 7 pies con espíritu de ala pívot, que destaca por sus capacidades ofensivas así como por sus numerosas limitaciones, especialmente en la defensa. Los otros dos rookies son otro interior y un combo-guard que deberán demostrar si tienen un nivel de juego suficiente para jugar en la NBA.

Con la llegada de todos estos nombres, la plantilla queda saturada de jugadores, desarbolada en varias de sus posiciones y en una situación realmente extraña.

Point Guard: un lesionado Rondo es la única referencia ahora mismo en esta posición. Jones no puede ser considerado en serio como sustituto. El resto de alternativas disponibles pasan por volver a los experimentos de la temporada pasada, a base de Terrence Williams, Bradley, Lee y demás.

Shooting Guard: Bradley parece la primera opción para la posición, pero ésta también podría recaer en Gerald Wallace. Otras opciones son Courtney Lee, si de seguir en el equipo, la pretemporada le permite salir de su letargo, o Jordan Crawford, si se apuesta decididamente por sus cualidades. Es improbable que Bogans se queden en la plantilla.

Small Forward: Jeff Green es el propietario natural de esta posición actualmente, por lo que no es esperable que Wallace se ubique en ella, ni que vistos los resultados del pasado y la abundancia de interiores, Green vuelva a jugar de 4. Con Wallace por aquí, Kris Joseph como complemento y Shengelia como opción, la posición está cubierta.

Power Forward: Abundancia de jugadores de esta posición en Boston. Por veteranía, Brandon Bass que partiría como favorito para la titularidad pero Sullinger debería disputarle esta condición. De mantener a estos jugadores, pocos minutos le quedarían pues libres a Humphries o a Evans, que deberían robar minutos de Center. Así pues, la continuidad de White ya queda del todo descartada y la de Randolph parece improbable.

Center: el gran agujero. ¿Quién va a rellenarlo? Fab Melo es el único center puro disponible, ¿se va a arriesgar tanto Boston como para darle minutos importantes el próximo año? Olynik es una opción en la posición, pero sus prestaciones pueden ser igual de dudosas. Una posibilidad más realista sería que se optase por un juego interior bajo en el que intervengan Humphries, Bass, Sullinger y Evans.

Considerando las incertidumbres en las distintas posiciones, parece evidente que el ciclo de traspasos no se ha cerrado en Boston.

El impacto salarial

Si mis cálculos provisionales son correctos, Boston ha conseguido con el traspaso una reducción de sus salarios en jugadores para este año que se podría situar alrededor de los 7 millones de dólares, con lo que se situa transitoriamente alrededor de la barrera de la luxury tax y accede a las excepciones salariales de la Mid completa y la biannual exception, las cuales podría invertir en algún jugador si hace huecos en la plantilla. El problema es que esas contrataciones le volverían a situar ampliamente en la zona de impuesto de lujo, lo que incrementaría los costes salariales nuevamente, así que no es seguro que lo haga, si bien la llegada de un pívot parece del todo imprescindible.

Otra consecuencia del traspaso es que se complica la situación salarial a medio plazo. Boston reduce salarios en el primer año pero asume el oneroso contrato de Wallace (10 millones) hasta la temporada 2015-2016, es decir, una temporada más de lo que duraban los contratos de Garnett y Terry y dos más que el de Pierce. El expiring de Humphries permitirá disponer al finalizar el próximo año de algo más de dinero del que habría de haber continuado Terry y Garnett (10 millones de Wallace y 1,7 de Evans x 17 entre Garnett y Terry o 12 cortando a Garnett), pero ese margen no dará grandes oportunidades a Boston en la FA, con Rondo, Green, Bass, Lee y Wallace sumando 45 millones en salarios, más una probable renovación de Bradley y el resto de contratos vigentes. En definitiva, con este traspaso Boston liquida las oportunidades que le quedaban para operar en la FA del verano de 2014 y a partir de entonces, todo será una incógnita en materia de agentes libres: dependerá de lo que pase con Rondo, Green o de los jugadores que estén en la plantilla por aquel entonces.

La rondas de Draft obtenidas

Forman el principal botín del traspaso para Boston y realmente pueden tener un valor incalculable en el sentido más positivo del término. Boston controla de un modo u otro, tres elecciones de Draft de los Nets entre 2016 y 2018, años en que la era de Pierce, Garnett y Johnson habrá quedado completamente superada, sin que la competitividad que obtengan en los años previos les permitar reclutar jugadores de gran impacto en el Draft. Dicho de otro modo, para cuando Boston ejerza sus opciones en esos Drafts, sobre todo en 2017 y 2018, los Nets serán un equipo presumiblemente mucho más débil de lo que son ahora. A ello hemos de sumar además que Boston gana otra elección de primera ronda en el esperado profundo draft de 2014, por lo que realmente las ganancias a largo plazo son altísimas.

Los intangibles

El traspaso tiene un alto precio para Boston en cuanto a pérdida de intangibles y otros elementos no tan intangibles. Tras este traspaso y el de Rivers, la identidad del equipo queda destruida por una larga temporada y se pierde casi todo el “know-how” acumulado sobre ganar partidos y ser competitivos: un solo jugador queda ya del equipo que alcanzó las finales de la NBA en 2010. Con un desequilibrio tan grande entre las diferentes posiciones, los problemas de química y de funcionamiento del equipo van a ser considerables y compadezco al entrenador que tenga que poner orden en todo esto. Además, el impacto psicológico del proceso en jugadores acostumbrados a vivir en entornos competitivos como Rondo y Green va a ser enorme, lo que puede complicar considerablemente su continuidad en Boston a medio plazo. En este sentido, en cambio, Gerald Wallace es todo un experto, dada su carrera deportiva. Por otro lado, la pérdida de competitividad que se produce va a tener consecuencias inmediatas en el interés de la afición por el equipo, en la venta de entradas y en los ingresos en general. Por suerte para la franquicia, el contrato televisivo quedó asegurado para muchos años en época de vacas gordas.

Valoración final

Es tan costoso el traspaso y a la vez tan grandes sus beneficios, que es difícil juzgarlo con objetividad. Desde el punto de vista de su concepción, solo puede ser la obra de un genio o de un loco. Personalmente estoy más cerca de la primera posibilidad en el caso de Ainge y de la segunda en el caso de los Nets. En el caso céltico, con todas esas rondas sobre la mesa, a cambio de tres jugadores de 35 años para arriba, Boston no podía negarse a realizarlo, aun comprometiendo todo lo que ha comprometido. En el caso Nets, en cambio, sacrifican tanto futuro, que como no les caiga un título, esta decisión pasará a los anales del deporte como una de las más desafortunadas de la historia.

Las decisiones tomadas por Ainge en el Draft resultan mucho más discutibles, pero realmente Boston no se jugaba gran cosa en él. Toda la temporada 2013-2014 va a ser un entremés del Draft de 2014, para el cual Ainge piensa claramente en términos de lotería (¡o de tankeo!) y entre el Draft de 2015 y de 2018, a Boston le esperan ahora mismo 7 elecciones de primera ronda, con lo que las oportunidades de conseguir talento en los próximos cinco años serán bastante interesantes. Y si quiere asegurar elecciones aun más altas, todo lo que tiene que hacer Ainge es completar el trabajo y traspasar a Rondo y a Green, cosa que según como se desarrollen ciertos escenarios puede ser necesaria. Sería difícil no ver aquí el ejemplo de lo que han hecho los Oklahoma City en los últimos años. O a la invera, puede gastar esas rondas formando paquetes de jugadores que se traspasen para mejorar la calidad existente. Las posibilidades estratégicas y de variar sobre la marcha el curso de acción son muy amplias.

Evidentemente existían otros cursos de acción, quizás más exitosos incluso y sin duda mucho más dignos, pero éste es un paso radical, valiente y que si se gestiona con buen tino, puede funcionar bien e incluso muy bien. Hay que asumir que la temporada próxima puede ser tan desquiciante como la de 2004 (en la que fue traspasado Antoine Walker) o en la de 2007 (la inmediatamente anterior al Big Three) y que en las temporadas inmediatamente posteriores no será fácil todavía que el equipo resurja de sus cenizas, pero con el paso del tiempo y desde luego, en un plazo máximo de cinco temporadas, aquí podría haber un equipo muy bien montado y con los elementos necesarios para ser competitivo durante años. Al legado que dejan Pierce y Garnett en lo deportivo se suma su aportación en lo reconstructivo y tiene lugar así la última gran contribución de estos jugadores a la franquicia, a quienes vamos a poder seguir disfrutando como duo, ahora en los Nets.

Nota final considerando todo lo considerable en tanto que franquicia e ignorando su carácter un tanto mezquino e indigno de ese orgullo de campeones del que tanto presumen los Celtics: A  / Excelente.

Excelente traspaso, pues desde un punto de vista práctico. Ahora mucha paciencia, muchas sales en Boston para digerirlo y a esperar los siguientes movimientos, entre los que necesariamente habrán bajas de jugadores y probablemente más fichajes y traspasos, alguno de ellos, probablemente, orientados a mejorar las posiciones más precarias (point guard y center).

POSIBLE UPDATE: según ESPN, MarShon Brooks entra en el traspaso en lugar de Evans y Shengelia y la ronda de 2014 sería la peor entre Atlanta y Brooklyn. No modifica sustancialmente el traspaso, pero supondría la llegada de un joven prometedor en lugar del ya maduro y sin espacio Evans.

[Texto publicado originariamente en el blog de celtic-nation.com]

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