A lo largo del día de hoy se confirmará el regreso de Payton a Boston, lo que reduce el traspaso de Antoine Walker a un Stewart + Gugliotta + 1a ronda del Draft x Walker. Tras este traspaso, el equipo bostoniano se refuerza considerablemente para lo que resta de temporada y se convierte en un mayor aspirante a llegar hasta la postseason.
Lo cierto es que el ciclo de traspasos del mes de febrero ha permitido a Boston disponer de la plantilla más competitiva de los últimos doce años. Sin duda nos encontramos ante un conjunto de jugadores que superan claramente a los finalistas de conferencia de 2002 y al resto de equipos bostonianos de playoff, posiblemente desde 1993. Lo malo es que eso no supone que este sea un equipo aspirante. No parece que la solidez de equipos del Este como Miami o tal vez Detroit pueda ser puesta seriamente en entredicho por los actuales jugadores. Desde una visión clásica de esta competición, la explicación es obvia: el juego interior no es lo bastante sólido, a pesar de que es el aspecto del juego que más se ha reforzado. Y ello se debe a que ni Lafrentz es un 5 lo suficientemente sólido, ni Walker el tipo de 4 que es necesario para enfrentarse a los equipos que cuentan con jugadores importantes en su misma posición. En estas condiciones, parece que aun yendo muy bien las cosas, la final de conferencia será una prueba insuperable.
Por otro lado, no se puede afirmar con certeza que haya llegado más calidad con estos traspasos. Sin lugar a dudas hay más veteranía, hay más profundidad en el banquillo -aunque la plantilla es más corta- y hay más calidad por minuto en pista, pero también se superponen a un conjunto de jóvenes jugadores, de cuya progresión depende que este equipo deje de mirar algún día la final de la NBA desde el horizonte. Para que ese desarrollo se produzca es necesario que cuenten con un buen número de minutos en pista, pero estos cambios van a reducir severamente la posibilidades de juego de Jefferson, Allen, West, Banks, Perkins y Redd. Seguramente el equipo es así más competitivo, pero ¿y en el futuro?
Cuando finalice la temporada, los Celtics deberán afrontar la posibilidad de renovar a Walker y Payton. Ambas renovaciones resituarán la cuestión de la distribución del tiempo entre jovenes y veteranos, que en caso de que renueven ambos, la cual cosa es muy probable si los Celtics conservan la buena imagen que están dando desde el regreso de Walker, será desfavorable a los jóvenes y puede comprometer definitivamente su progresión. Hay que tener en cuenta también que el rendimiento de los veteranos alcanzará su cúspide este año, pues Payton es un jugador en decadencia que cada año pierde algo más de la enorme calidad que tuvo, mientras que tras su renovación Walker bien podría convertirse en un nuevo caso Blount, con mucho sueldo (creo que es previsible que no acepte cobra menos que Lafrentz), muchos años de contrato (no aceptará una renovación corta), nulo valor de cambio y pocas ganas de trabajar. No debe disociarse su rendimiento actual de su voluntad de conseguir un nuevo buen contrato.
Contrariamente a lo que Ainge afirma, el regreso de Walker incluye numerosos riesgos. El primero la consecuencia de renunciar a desarrollar con mucho minutos de juego a los rookies. El resto los iremos viendo. Sólo una elevada aportación de los jóvenes, a pesar de su recorte de tiempo, puede salvar a los Celtics de topar nuevamente con los obstaculos de su reciente pasado.
Lo cierto es que el ciclo de traspasos del mes de febrero ha permitido a Boston disponer de la plantilla más competitiva de los últimos doce años. Sin duda nos encontramos ante un conjunto de jugadores que superan claramente a los finalistas de conferencia de 2002 y al resto de equipos bostonianos de playoff, posiblemente desde 1993. Lo malo es que eso no supone que este sea un equipo aspirante. No parece que la solidez de equipos del Este como Miami o tal vez Detroit pueda ser puesta seriamente en entredicho por los actuales jugadores. Desde una visión clásica de esta competición, la explicación es obvia: el juego interior no es lo bastante sólido, a pesar de que es el aspecto del juego que más se ha reforzado. Y ello se debe a que ni Lafrentz es un 5 lo suficientemente sólido, ni Walker el tipo de 4 que es necesario para enfrentarse a los equipos que cuentan con jugadores importantes en su misma posición. En estas condiciones, parece que aun yendo muy bien las cosas, la final de conferencia será una prueba insuperable.
Por otro lado, no se puede afirmar con certeza que haya llegado más calidad con estos traspasos. Sin lugar a dudas hay más veteranía, hay más profundidad en el banquillo -aunque la plantilla es más corta- y hay más calidad por minuto en pista, pero también se superponen a un conjunto de jóvenes jugadores, de cuya progresión depende que este equipo deje de mirar algún día la final de la NBA desde el horizonte. Para que ese desarrollo se produzca es necesario que cuenten con un buen número de minutos en pista, pero estos cambios van a reducir severamente la posibilidades de juego de Jefferson, Allen, West, Banks, Perkins y Redd. Seguramente el equipo es así más competitivo, pero ¿y en el futuro?
Cuando finalice la temporada, los Celtics deberán afrontar la posibilidad de renovar a Walker y Payton. Ambas renovaciones resituarán la cuestión de la distribución del tiempo entre jovenes y veteranos, que en caso de que renueven ambos, la cual cosa es muy probable si los Celtics conservan la buena imagen que están dando desde el regreso de Walker, será desfavorable a los jóvenes y puede comprometer definitivamente su progresión. Hay que tener en cuenta también que el rendimiento de los veteranos alcanzará su cúspide este año, pues Payton es un jugador en decadencia que cada año pierde algo más de la enorme calidad que tuvo, mientras que tras su renovación Walker bien podría convertirse en un nuevo caso Blount, con mucho sueldo (creo que es previsible que no acepte cobra menos que Lafrentz), muchos años de contrato (no aceptará una renovación corta), nulo valor de cambio y pocas ganas de trabajar. No debe disociarse su rendimiento actual de su voluntad de conseguir un nuevo buen contrato.
Contrariamente a lo que Ainge afirma, el regreso de Walker incluye numerosos riesgos. El primero la consecuencia de renunciar a desarrollar con mucho minutos de juego a los rookies. El resto los iremos viendo. Sólo una elevada aportación de los jóvenes, a pesar de su recorte de tiempo, puede salvar a los Celtics de topar nuevamente con los obstaculos de su reciente pasado.
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