Ir al contenido principal

firma invitada ORGUVER. El ascenso

Eres el candidato perfecto, sin duda. Es lo primero que se te vino a la cabeza cuando supiste que el codiciado puesto de Director de …(x) en tu empresa quedaba vacante, y se abría el proceso de sucesión para el mismo. Al instante, te viste ocupando ese sillón, y pensaste: “Esta vez sí; ese puesto será para mí … estoy en la mejor situación para ello” … y ciertamente, razones no te faltan para pensar así: tu curriculum es excelente, tienes una formación exquisita, una amplia y dilatada experiencia dentro de la empresa, magnífica reputación en el sector, grandes dotes de mando y liderazgo, buenas relaciones con el personal de la empresa, y sobre todo, mucho talento … además de encontrarte en el mejor momento de tu carrera profesional, con una edad y situación social óptimos para semejante reto.

Pero de repente, reparas en que no eres el único aspirante al puesto, sino todo lo contrario … y la competencia es realmente dura; así, viene a tu cabeza el Sr. A, que tiene un perfil bastante parecido al tuyo, con similares virtudes (aunque posiblemente, con algo menos de talento). También piensas en el Sr. B, que aunque tiene menos experiencia que tú, sus conocimientos técnicos quizá te superen … pero al que sus problemas personales y de salud pueden lastrarle para esta ocasión. Y tuerces el gesto al pensar en el jovencísimo Sr.C: auténtico niño prodigio, cuya ascensión está siendo meteórica y cuyo futuro parece arrollador, a la vista de su asombroso talento; ya se quedó recientemente a las puertas de ser nombrado para un puesto similar en otra sede de la compañía, y sin lugar a dudas, irá a por todas en esta ocasión … sin embargo, su talón de Aquiles sigue siendo la falta de experiencia, y esa es tu gran baza a jugar ante él. Vas dándote cuenta de que ser el elegido no va a resultar nada sencillo, pero aún así, sigues siendo optimista: crees que puedes con los tres, que aunque sea muy ligeramente, les superas a todos ellos y confías en que así lo vea también el consejo de administración.

Hasta que llega el jarro de agua fría: quedan el Sr. D y el Sr. E … y eso ya es otra historia. A pesar de ser tus peores enemigos dentro de la empresa (ámbos te caen rematadamente mal), no te queda mas remedio que reconocer que seguramente, te superan sobre el papel, ya que poseen prácticamente todas tus mismas virtudes, e incluso algunas de ellas ampliadas: hay cosas a las que no puedes hacer frente, como son la impresionante formación del Sr.D, que habla perfectamente 6 idiomas y que ha dirigido con éxito la división internacional de la compañía, siendo el hombre de confianza del director saliente … y como son los abrumadores lazos familiares y políticos del Sr. E, que es hijo de un miembro fundador de la compañía y su esposa es descendiente también de una de las familias mas poderosas del país, lo que le ha permitido tener una formación insuperable y un gran número de apoyos entre el consejo de administración, la prensa especializada y los principales clientes de la compañía. Y así las cosas, llegas a la conclusión de que quizá esta no sea tu oportunidad, después de todo, y que quizá tendrás que seguir esperando a que se presente la siguiente … aunque eso sí, no vas a rendirte y ponerles una alfombra roja a ninguno de los dos: si quieren ocupar ese puesto, tendrán que demostrar a todo el mundo que son mejores que tú … y no piensas ponerselo nada fácil.

Quizá esto te suponga un deja vu porque hayas pasado por una experiencia personal parecida en tu vida, pero si no es el caso … ahora piensa que tú eres los Boston Celtics, que ese codiciado ascenso es el anillo de campeón 2012/2013, y que el Sr. A son los Spurs, el Sr. B los Bulls, el Sr. C los OKC Thunder … y desgraciadamente, el Sr. D son los Miami Heat y el Sr. E son Los Angeles Lakers … ¿te resulta familiar?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ultimo post: despedida y cierre

Bienvenidos al último post del blog de Branhunter Sí, tras este texto, no volvere a introducir nuevas entradas en este blog dedicado a los Celtics. Ello no impedirá participaciones concretas en foros y otros blogs, pero éstas tendrán una carácter eventual y vinculado a acontecimientos y actuaciones concretas. El futuro en verde Pronto empezarán los training camps y tendremos ocasión de seguir las vicisitudes del equipo bostoniano una temporada más. La temporada que se abre para los Celtics será sin duda mejor que la pasada, aunque aparezca una vez más llena de incógnitas. Boston vuelve a la NBA con un equipo con más juventud, pero con bastante más experiencia y calidad que el año pasado. Algunas incorporaciones claves como Telfair o incluso Ratliff mejoran lo que había antes (Dickau, Lafrentz), mientras que el crecimiento de los jóvenes que entran en tercer y cuarto año o el año sophomore de Green y Gomes han de ser positivos. También los rookies tendrán algo que decir en la liga que s...

Algo más que una derrota

Ayer Boston y Minnesota se vieron las caras tras el traspaso de siete jugadores que supuso la llegada de Szczerbiak, Olowakandi y Jones al equipo céltico y el resultado fue una derrota apabullante: 85-110. Quizás esos 25 puntos de diferencia representen una buena medida del error en que ha incurrido Boston realizando este traspaso. A pesar de que no hay duda de que dos jugadores de los Wolves, Banks y Blount, jugaron hipermotivados, sus numeros fueron realmente brillantes: 20 pts y 6 a. y 16 pts y 10 reb. respectivamente. Unas cifras que parece difícil que mantengan en los próximos días, conocido el currículum de ambos, pero que señalan algo importante: que en ese traspaso había algo más que morralla. ¿Cómo debe analizar Boston la decisión de desprenderse de Blount and Co? ¿Cómo un error en la línea seguida en la reconstrucción de la franquicia o como un fracaso en la capacidad de definir una forma adecuada al tipo de jugadores de que se disponia? En la primera creencia viven instalado...

Desarrollar o traspasa: el debate céltico

El céltico se pone día sí, día también en la piel de Danny Ainge para meditar sobre el futuro de la franquicia y reflexiona sobre los movimientos que deberían hacerse y las decisiones que deberían tomarse. No es nada peculiar, sólo la herencia de aficionarse a un equipo por proximidad geográfica o porque fue de los primeros que se vieron en televisiones hispanas ganar algún título. El caso es que el seguidor tiende al desasosiego, veinte años sin ganar nada es mucho tiempo, a pesar de que el ejemplo de los Red Sox nos indica que varias generaciones pueden no ver ganar nunca a su equipo profesional estadounidense. Plantilla en mano, el aficionado descubre una composición peculiar, en la que los jugadores de primer, segundo y tercer año forman el grueso de la misma, acompañados por algún veterano irrecuperable, un lider virtual y un jugador ejemplar. Una plantilla que en ningún caso puede pensar que está a punto de ganar nada pero que sus responsables deben dirigir hacia el objetivo del...