El 43% de las victorias es lo que lleva conseguido Boston a día de hoy, cuando ya han superado la cuarta parte del campeonato. De mantenerse este promedio, los peores augurios se cumplirían y Boston completaria la temporada con 35 victorias y 47 derrotas, unos valores ostensiblemente bajos y alejados de los playoffs. Por baja que sea la calidad de la División Atlántico, el ganador de la misma habrá de imponerse al resto mejorando estos promedios y ese equipo no tiene porque ser Boston.
Las razones por los que Boston no ha conseguido un promedio mejor de victorias saltan a la vista: el juego interior es un fiasco y la defensa hace aguas por todos los lados. Se habla también de deficiencias en la dirección de juego y de muchas otras cosas, pero cuando se trata de 35 victorias hay que anteponer las cuestiones principales al resto.
Para solucionar lo primero, el problema es que hay que cambiar de jugadores y ello no resulta posible hacerlo con la contundencia suficiente para dar un salto de calidad. Pueden llegar jugadores capaces de ayudar, que muchos hay que se encuentran en situación de transferibles, pero no de una segunda venida a lo Walker. Razones: 2. La primera, la reserva del puesto de 4 a Al Jefferson. La suerte está echada con este jugador y todo depende de sus explosiones, que de momento son pocas y ciertamente irregulares. Por ello sólo se pueden añadir secundarios a su posición, como el desdeñable Scalabrine. La segunda, que no hay material para conseguir un cinco de calidad. Esa posición está condenada a resolverse con lo que hay ahora, que es un jugador llamado Blount y otro llamado Perkins, y con eso hay que tirar. Lo malo es que el primero es fatal bregando y el segundo pesimo anotando. A todo esto también anda por ahi Lafrentz, cuyo rendimiento actual esperemos que no apunte una aceleración del crepusculo de un jugador lleno de limitaciones físicas y con poca capacidad, como este.
Para solucionar lo segundo, no hay otra via que cambiar de cuadro tecnico. Lo que Rivers logra con Boston no es que jueguen al máximo, sino al mínimo. Nada que objetar a su modelo de juego, de corte netamente ofensivo, si esa es su preferencia. Ahora bien, ello no supone tener que sufrir una defensa tan débil y una incapacidad clamorosa de ordenar una rotacion. También es preocupante su baja disposición a asumir riesgos: se sabe que el futuo pasa por Al Jefferson, pero lo mantiene de suplente durante 21 partidos; se sabe que Green es otra parte del futuro, y lo condena a la lista de lesionados, sin que pueda jugar siquiera los minutos de la basura y darle algo de ilusion a la aficion; se muestra extraordinariamente limitado para guiar la progresion de los jovenes; y ha conseguido que jugadores como Redd y Gomes sean más vulgares de lo que realmente son. ¡Un desastre!
Entretanto se desconoce cuales pueden ser las intenciones de Ainge a corto plazo, a la vista del promedio del equipo. Yo creo que las evidencias apuntan a que se impone una "operación salida" a aplicar inmediatamente en los próximos meses, que debe profundizarse en el verano. Ya no basta con llenar el equipo de jóvenes, sino que hay que elegir en cuáles se confia y usar al resto como material de intercambio (a algunos les puede ir bastante mejor lejos de aquí) y los jugadores que no tienen sentido para un proceso de reconstrucción como el que experimenta Boston. Creo que cualquier aficionado tiene en mente quienes son esos hombres, de los cuales sólo uno es realmente invendible: Lafrentz. El resto es una cuestión de saber moverse en el mercado, cosa que a veces le sale bien.
Y así está el patio... Sinceramente pienso que detenerse a comentar resultado es poco operativo.
Las razones por los que Boston no ha conseguido un promedio mejor de victorias saltan a la vista: el juego interior es un fiasco y la defensa hace aguas por todos los lados. Se habla también de deficiencias en la dirección de juego y de muchas otras cosas, pero cuando se trata de 35 victorias hay que anteponer las cuestiones principales al resto.
Para solucionar lo primero, el problema es que hay que cambiar de jugadores y ello no resulta posible hacerlo con la contundencia suficiente para dar un salto de calidad. Pueden llegar jugadores capaces de ayudar, que muchos hay que se encuentran en situación de transferibles, pero no de una segunda venida a lo Walker. Razones: 2. La primera, la reserva del puesto de 4 a Al Jefferson. La suerte está echada con este jugador y todo depende de sus explosiones, que de momento son pocas y ciertamente irregulares. Por ello sólo se pueden añadir secundarios a su posición, como el desdeñable Scalabrine. La segunda, que no hay material para conseguir un cinco de calidad. Esa posición está condenada a resolverse con lo que hay ahora, que es un jugador llamado Blount y otro llamado Perkins, y con eso hay que tirar. Lo malo es que el primero es fatal bregando y el segundo pesimo anotando. A todo esto también anda por ahi Lafrentz, cuyo rendimiento actual esperemos que no apunte una aceleración del crepusculo de un jugador lleno de limitaciones físicas y con poca capacidad, como este.
Para solucionar lo segundo, no hay otra via que cambiar de cuadro tecnico. Lo que Rivers logra con Boston no es que jueguen al máximo, sino al mínimo. Nada que objetar a su modelo de juego, de corte netamente ofensivo, si esa es su preferencia. Ahora bien, ello no supone tener que sufrir una defensa tan débil y una incapacidad clamorosa de ordenar una rotacion. También es preocupante su baja disposición a asumir riesgos: se sabe que el futuo pasa por Al Jefferson, pero lo mantiene de suplente durante 21 partidos; se sabe que Green es otra parte del futuro, y lo condena a la lista de lesionados, sin que pueda jugar siquiera los minutos de la basura y darle algo de ilusion a la aficion; se muestra extraordinariamente limitado para guiar la progresion de los jovenes; y ha conseguido que jugadores como Redd y Gomes sean más vulgares de lo que realmente son. ¡Un desastre!
Entretanto se desconoce cuales pueden ser las intenciones de Ainge a corto plazo, a la vista del promedio del equipo. Yo creo que las evidencias apuntan a que se impone una "operación salida" a aplicar inmediatamente en los próximos meses, que debe profundizarse en el verano. Ya no basta con llenar el equipo de jóvenes, sino que hay que elegir en cuáles se confia y usar al resto como material de intercambio (a algunos les puede ir bastante mejor lejos de aquí) y los jugadores que no tienen sentido para un proceso de reconstrucción como el que experimenta Boston. Creo que cualquier aficionado tiene en mente quienes son esos hombres, de los cuales sólo uno es realmente invendible: Lafrentz. El resto es una cuestión de saber moverse en el mercado, cosa que a veces le sale bien.
Y así está el patio... Sinceramente pienso que detenerse a comentar resultado es poco operativo.
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