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Grandes decepciones

Casi en el ecuador de la 1a ronda del playoff, nos preguntamos: ¿qué está saliendo mal?

Los Celtics están lejos de ser el equipo que esperábamos ver. Lejos de ser el primer equipo que se visitió de corto en el primer partido. Los otros dos no los jugó el mismo equipo, aunque sí los mismos jugadores. Si el primero arrolló, el segundo ha pasado de la mediocridad a la humillación. Nadie sabe exactamente porque, pero todo está saliendo mal. Se señala a la falta de respuesta del equipo técnico, pero no basta. Un veterano de 39 años esta haciendo añicos al campeón de la División Atlántico, con muy pocos argumentos a parte de su pundonor, su declinante calidad y su capacidad de sacrificio. Sus compañeros no son jugadores estrella: sin Artest, sin Tinsley y con O'Neal mermado, parece que la calidad debería caer del lado de los Celtics, pero no es así. Creíamos que en los Celtics habían varios jugadores estelares, pero todo parece indicar ahora que no era cierto. No sólo no resuelven el partido sus dos estandartes, sino que los principales escuderos, Davis y Lafrentz, andan desaparecidos.

Ya comentaba que el traspaso de Walker suponía un cambio de estrategia en la gestión de la plantilla, pues parecía consolidar un equipo de mediana edad bajo el cual progresarían los jóvenes. Incluso se anunciaba el fin de los grandes traspasos. No creo que ahora nadie esté en condiciones de seguir manteniendo que la transición ha concluido. Acabe como acabe esta ronda, es evidente que el equipo ha encontrado un nuevo techo que le va acostar superar. Y si no lo logra, se arriesga a vivir una evolución muy parecida a la que ha sufrido New York.

Veremos que sucede a partir del cuarto partido.

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