En las fechas que corren no se han producido un gran número de traspasos, pero sí que han firmado la mayor parte de los agentes libres destacados, con lo que salvo que se produzca un traspaso, Boston habrá completado ya los principales movimientos veraniegos. Y entre esos movimientos tenemos, por un lado, la incorporación de una nueva tanda de rookies, y por el otro, la llegada del jugador de tercer año Sebastian Telfair.
No se encuentra exento de polémica el hecho de que Sebastian haya llegado a Boston a cambio de la séptima elección del Draft, más aun si se tiene en cuenta que el mismo día llegó otro interesante director de juego, Rajon Rondo, y que Delonte West merece confianza en esa posición, tras la buena temporada realizada el pasado año. Pero sobre todo, aquello que despierta mayor desconfianza son las diversas lesiones que ha sufrido y ciertas debilidades en su nivel de juego, que no ocultan sin embargo las aceptables estadísticas del pasado año, aunque en un equipo francamente débil como es Portland (9,5 puntos, 3,6 asistencias).
Lo cierto es que valorando los pros y los contras mencionados, Telfair no aparece como el mejor movimiento posible del verano. Pero quizás hay algo más que debe tenerse en cuenta, para captar la dimensión que este jugador puede cobrar en Boston. Y es que Sebastian es un chico especial. Sin haber pasado por la Universidad, Telfair es un jugador prometedor de 21 años, muy necesitado de realizar mejoras pero con un interesante potencial, que en Portland no han sabido desarrollar convenientemente. Del mismo modo que Banks no supo explotar en Boston, para convertirse en un buen titular en Minnesota, Telfair puede convertirse en Boston en un sólido titular de mucha calidad, siempre que las lesiones lo respeten, se esfuerce en mejorar su juego y los técnicos sepan pulir sus habilidades.
Sólo el tiempo dirá si ha sido una buena idea sacrificar una elección tan alta por este jugador, pero en todo caso no debemos subestimar la importancia de este movimiento, incluso aunque se enmarque en un ciclo de desequilibrio de la plantilla. Dicen que a veces es mejor dar un paso atrás... para coger impulso.
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