Boston vivirá el próximo sábado uno de los mayores duelos baloncestisticos de los últimos tiempos. Ningún partido desde el quinto partido de la primera ronda de la serie de 2002 frente a Philadelphia ha resultado tan decisivo para pasar a la segunda fase de los playoffs. Ningúna eliminatoria, desde la segunda ronda de los playoffs de 1992 frente a Cleveland, se había decidido en un séptimo partido. Y ninguna eliminatoria jugada hasta el séptimo partido se había resuelto en Boston, desde la mantenida con Atlanta en 1988. Estamos, pues, ante una cita, que no se repetía desde hace mucho tiempo y que rara vez se produce en circunstancias semejantes.
¿Alguien se atreve a pronosticar un resultado? Nadie se siente capaz ya, tras una serie en que se ha visto de todo, en la que nunca se ha cumplido lo predecible. Si analizamos lo sucedido, veremos que en esta serie Boston nunca ha ganado dos partidos seguidos, por lo que desde esa perspectiva la ventaja es de Indiana. Sin embargo, la presion atmosferica puede ser brutal: ventaja para Boston. La expulsión de Paul Pierce puede devolverle a la pista muy motivado: ventaja para Boston. Pero también cabe esperar un gran rendimiento de O'Neal: ventaja para Indiana. Y podríamos seguir ad infinitum.
Muchos nos hemos sentido decepcionados por el rendimiento del equipo en estos playoffs. La verdad, esperábamos mucho más, y tras el quinto partido albergábamos escasas esperanzas de superar la ronda, pero la vuelta de la serie a Boston nos sitúa frente a una gran oportunidad de superar al rival y enfrentarnos a Detroit. Quizás las debilidades manifestadas nos dejen fuera de aspirar a algo serio. Quizás las grandes ilusiones deban esperar a otra temporada. Pero frente a este equipo, en esta ronda, los Celtics se juegan su respetabilidad y su autorespeto, su imagen, su confianza, su capacidad de lucha y, lo más importante, avanzar a la segunda ronda y seguir vivos en la lucha por el ansiado título.
Ojalá no nos defrauden.
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¿Alguien se atreve a pronosticar un resultado? Nadie se siente capaz ya, tras una serie en que se ha visto de todo, en la que nunca se ha cumplido lo predecible. Si analizamos lo sucedido, veremos que en esta serie Boston nunca ha ganado dos partidos seguidos, por lo que desde esa perspectiva la ventaja es de Indiana. Sin embargo, la presion atmosferica puede ser brutal: ventaja para Boston. La expulsión de Paul Pierce puede devolverle a la pista muy motivado: ventaja para Boston. Pero también cabe esperar un gran rendimiento de O'Neal: ventaja para Indiana. Y podríamos seguir ad infinitum.
Muchos nos hemos sentido decepcionados por el rendimiento del equipo en estos playoffs. La verdad, esperábamos mucho más, y tras el quinto partido albergábamos escasas esperanzas de superar la ronda, pero la vuelta de la serie a Boston nos sitúa frente a una gran oportunidad de superar al rival y enfrentarnos a Detroit. Quizás las debilidades manifestadas nos dejen fuera de aspirar a algo serio. Quizás las grandes ilusiones deban esperar a otra temporada. Pero frente a este equipo, en esta ronda, los Celtics se juegan su respetabilidad y su autorespeto, su imagen, su confianza, su capacidad de lucha y, lo más importante, avanzar a la segunda ronda y seguir vivos en la lucha por el ansiado título.
Ojalá no nos defrauden.
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